HISTORIA DE ISRAEL
El regreso a la Tierra Prometida tomó caracteres religiosos cuando los judíos consideraron que dicho regreso coincidiría con la llegada del Mesías.
A mediados del siglo XIX, Israel formaba parte del Imperio Otomano y estaba poblado principalmente por árabes musulmanes (algunos de ellos, beduinos), árabes cristianos, así como judíos y otros grupos minoritarios.
manifestaciones religiosas
Definir qué es religión (del latín religare o re-legere) ha sido y es motivo de controversia entre los especialistas. Según el sociólogo G. Lenski, es «un sistema compartido de creencias y prácticas asociadas, que se articulan en torno a la naturaleza de las fuerzas que configuran el destino de los seres humanos».[1] Por su parte, el antropólogo Clifford Geertz propone una definición alternativa: «La religión es un sistema de símbolos que obra para establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los hombres, formulando concepciones de un orden general de existencia y revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad tal que los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único».[2] Debido al amplio espectro de usos de la palabra, resulta especialmente complejo ofrecer una definición exhaustiva de la religión o del fenómeno religioso. Sin embargo, se puede afirmar que, como hecho antropológico, engloba entre otros los siguientes elementos: tradiciones, culturas ancestrales, instituciones, escrituras, historia, mitología, fe y credos, experiencias místicas, ritos, liturgias, oraciones...
Aunque la antropología ha recogido manifestaciones religiosas desde el primer momento de la existencia del hombre y éstas han influido decisivamente en la configuración de las diversas culturas y sociedades, todavía se discute si es un fenómeno esencial del hombre o puede ser reducido a otras experiencias o aspectos humanos más fundamentales. El ser humano ha hecho uso de las religiones para encontrar sentido a su existencia y para dar trascendencia y explicación al mundo, el universo y todo lo imaginable.
La palabra «religión» en ocasiones se usa como sinónimo de «religión organizada» u «organización religiosa», es decir, instituciones que respaldan el ejercicio de ciertas religiones, frecuentemente bajo la forma de entidades legales.
Diversas ciencias humanas se han interesado por el fenómeno religioso desde sus respectivos puntos de vista como por ejemplo la antropología, la sociología, la psicología y la historia de las religiones. Por otro lado, disciplinas como la fenomenología de la religión estudian específicamente sus manifestaciones intentando dar con una definición exhaustiva del fenómeno y mostrar su relación con la índole propia del ser humano.
En un sentido más amplio, también se utiliza para referirse a una obligación de conciencia que impele al cumplimiento de un deber.[3]
Etimología
La etimología del término 'religión' ha sido debatida durante siglos debido a las dos interpretaciones que se han sostenido que además de ofrecer una propuesta acerca del origen de la palabra, subrayan alguna actitud religiosa.
Antes de ser usada con un sentido relacionado con las divinidades, el término «religión» o «religioso» era utilizado para expresar un temor o un escrúpulo supersticioso. Así consta en textos de Julio César (De Bello Gallico VI 36) y Tito Livio (Historia de Roma desde su fundación IV 30).
La primera interpretación relacionada con el culto es la del orador latino Cicerón que en su obra De natura deorum ofrece la siguiente etimología: «Quienes se interesan en todas las cosas relacionadas con el culto, las retoman atentamente y como que las releen, son llamados «religiosos» a partir de la relectura.[4] Esta etimología —filológicamente más correcta— subraya la fidelidad a los deberes que la persona religiosa contrae con la divinidad y por tanto está más relacionada con la justicia.[5]
La otra etimología propuesta por Lactancio hace derivar la palabra «religión» del verbo latino religare: «Obligados por un vínculo de piedad a Dios estamos “religados”, de donde el mismo término “religión” tiene su origen, no —como fue propuesto por Cicerón— a partir de “releyendo”».[6] Este segundo sentido resalta la relación de dependencia que «religa» al hombre con las potencias superiores de las cuales él se puede llegar a sentir dependiente y que le lleva a tributarles actos de culto.[7]
La definición del amplio espectro de significados que refleja el concepto religión en cuanto implica encontrar un elemento propio, distintivo y único, es una exigencia propia de las culturas occidentales,[8] ya que son éstas las que desde una postura más teísta distinguen entre divinidad y el resto del mundo. Especialmente, desde la Ilustración se han elaborado muchas y variadas definiciones intentando recoger los aspectos propios del fenómeno religioso. Aquí se mencionarán los más significativos. Es obvio que las definiciones que parten de un Ser Supremo o lo dan por supuesto se han de rechazar pues no se aplican a muchas religiones de Asia oriental o a los pueblos primitivos.
Una posibilidad es intentar una definición desde el punto de vista de las personas que practican la religión. Así encontramos propuestas como las de Friedrich Schleiermacher: «sentimiento de dependencia absoluta» que luego distingue este sentimiento de los tipos de dependencia relativa. William James subraya más bien «el carácter entusiasta de la adhesión» de los miembros de las religiones. Desde este punto de vista se pueden considerar elementos como los sentimientos, los factores experienciales, emotivos o intuitivos, pero siempre desde una perspectiva más bien individualista.
Con el estudio que las diversas ciencias humanas (sociología y antropología cultural especialmente) han realizado de la religión, se ha logrado formular otro conjunto de definiciones que consideran este fenómeno en su ámbito social y cultural. La conocida definición del sociólogo francés Durkheim entra en este grupo: «Una religión es un sistema solidario de creencias y de prácticas relativas a las cosas sagradas. [...] Toda sociedad posee todo lo necesario para suscitar en sus miembros la sensación de lo divino, simplemente a través del poder que ella ejerce sobre ellos».[9]
Sin embargo, con la llegada de la fenomenología de la religión, se intentó ir más allá de las formas que buscaban el núcleo propio del fenómeno en la sociedad o en los aspectos individuales. Y en ese ámbito se identificó como propio de la religión el hecho de la presencia o consciencia de lo sagrado. Rudolf Otto en su obra, Lo santo, publicada en 1917, indica como esencia de la consciencia religiosa el temor reverencial ante aquello que, siendo desconocido (mysterium), al mismo tiempo sobrecoge (tremendum) y atrae casi irresistiblemente (fascinans).[10]
Sin embargo, estos elementos que Otto refiere como propios de la experiencia religiosa parecen estar ausentes en las religiones asiáticas. En Mircea Eliade se da una ampliación de la noción de «sagrado» que perfecciona la definición de Otto. Habla de espacios, cosas y tiempos sagrados en la medida en que estos se relacionan con simbolismos y rituales propios de las religiones. Así la religión es la configuración u organización de la existencia a partir de dimensiones profundas de la experiencia humana que relacionan al hombre con algo que se le presenta como último y trascendente. Tales dimensiones varían de acuerdo con las circunstancias y culturas.
Laicismo religioso
A partir del siglo XVIII, con la irrupción del humanismo y el movimiento de los ilustrados en Europa, que se extenderá con rapidez a otras partes del mundo, se intenta separar la doctrina del Estado de la doctrina religiosa. Actualmente, estas ideas de separación de los poderes político y religioso aún no ha concluido. En buena parte del planeta apenas ha empezado, y en los países occidentales, aunque observan la laicidad del estado, todavía la religión puede actuar con una enorme influencia en sus legislaciones. Por ejemplo en el caso de Estados Unidos[11] o el de España[12]
En los países asiáticos, la separación entre Estado y religión está más o menos implícita de cierto laicismo. China, Japón, Vietnam y otros países del sudeste asiático conllevan cierto laicismo estatal en su propia historia al ser países en donde coexisten distintas religiones. En el caso de Tailandia o Sri-Lanka, con mayorías budistas, en más de un 90%, se mantienen debates sociales para afrontar el laicismo del Estado y diversos cambios legales.[13]
En los países con mayorías musulmanas hay distintas aproximaciones a la laicidad del Estado. Países como Turquía o Siria son más laicos, mientras que otros como Irán o Arabia Saudí se definen como islámicos. El mundo islámico es variado y complejo, y existen movimientos tanto secularizadores como prorreligiosos.[14]
Israel es un estado laico, si bien se proyecta como religioso. India es un caso parecido, también es un país laico, aunque su organización social y legislación, continúan siendo muy influidas por la religión. En estos casos están influidos, en buena medida, por el componente étnico de sus religiones mayoritarias.
2- Quitar el control para menores este del ordenador ya que tenemos limitaciones a la hora de busqueda y hallazgo.
3- el cruzaito... jajaja, Que no...!!
Mi blog me parece bastante cojonudo ya que tiene un poquito de todo.. Podria tener mas entradas en mi blog.
LOS SACRAMENTOS
Etimología [editar]
El vocablo sacramento proviene del latín sacramentum, con la cual en las traducciones más tempranas del griego al latín se buscó traducir el griego mystērion (μυστήριον).
Morfológicamente, sacramentum es una derivación del verbo sacrare ('hacer santo') mediante el sufijo denominalizador -mentum (instrumental, "medio para"), esto es, sacramentum equivale gramaticalmente a 'instrumento para hacer santo'. Este vocablo se usaba a la llegada del cristianismo a Roma para designar un juramento de los soldados romanos de servicio incondicional al ejército imperial.
En cuanto a mystērion, refiere a lo que hoy en día llamamos con la palabra 'misterio' o con 'mistico'. El griego bíblico, hace referencia a "lo que, estando fuera de la comprensión natural, puede ser conocido solo por revelación divina".
Mario Benedetti
Entre 1938 a 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires, Argentina.
tierra santa
Los católicos de Tierra Santa están repartidos entre la Iglesia Latina, la más numerosa de todas, el patriarcado Greco Melquita, el Maronita, el Armenio, el Sirio, el Caldeo, el Copto católico y el armenio. Son iglesias de rito oriental, pero en comunión con Roma. En esta zona también está presente la Custodia de Tierra Santa, encomendada desde finales del siglo XIV a los Frailes Franciscanos Menores, que cuidan los Santos Lugares y atienden a los peregrinos. Tiene su sede en Jerusalén y una presencia multiforme en Israel, regentando parroquias, santuarios, escuelas y otros centros de asistencia y apostolado.
La iglesia ortodoxa está dividida entre el patriarcado greco ortodoxo, el armenio, el etíope, el copto ortodoxo, el rumano, la iglesia rusa en el exterior, una representación del patriarcado de Moscú y el patriarcado sirio ortodoxo. A las anteriores iglesias hay que unir varias protestantes anglicanas, baptistas, evangélicas luteranas de Dinamarca, Finlandia, Alemania, Inglaterra, Noruega y Suecia, así como pentecostalianas, adventistas y de otras confesiones.
El papa
La Iglesia
En ocasiones es aludida como Iglesia Católica Apostólica Romana o como Iglesia Católica Romana; algunos que hacen esto sostienen que las iglesias de la Comunión Anglicana y las Iglesias Ortodoxas se reconocen a sí mismas como la "Iglesia, una, santa, católica y apostólica" del Credo y que también son católicas (tanto en sentido etimológico como en todo el contenido del término) si bien no es la única diferencia el no estar bajo la autoridad del Papa, o bien se trata de personas procedentes de países en los que el habla ha adoptado esta expresión debido al uso intenso por parte de comunidades relevantes de anglicanos y otros protestantes y de ortodoxos. Sin embargo, existen Iglesias en plena comunión con el obispo de Roma que, al tener tradiciones litúrgicas distintas, no añaden el término "Romana". Por lo tanto, para englobar a las Iglesias orientales católicas y la Iglesia Católica Romana se usará el término más general Iglesia Católica, tal como está en el título del artículo.
Camino de Santiago
El Camino de Santiago es una ruta que recorren los peregrinos procedentes de España y de toda Europa para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Durante toda la Edad Media fue muy concurrido, después fue ligeramente olvidado y en la época actual ha vuelto a tomar un gran auge. El Camino de Santiago ha sido declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad; Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa y ha recibido el título honorífico de Calle mayor de Europa
Miércoles de Ceniza
La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.
Alfabetización
La alfabetización es la habilidad de usar texto para comunicarse a través del espacio y el tiempo. Se reduce a menudo a la habilidad de leer y escribir, o a veces, sólo a la de leer. Los estándares para los que se constituyen los niveles de alfabetización varían entre las diferentes sociedades. Algunas otras destrezas como la informática o las nociones elementales de cálculo aritmético básicas también se pueden incluir.
El alfabetismo, o más bien su contrario, el analfabetismo, sirve como indicador de conocimientos de un país; es un factor más a tener en cuenta en cuanto al grado de desarrollo. Se mide el número de personas adultas que no han logrado los niveles mínimos de alfabetización. Esta cifra incide en la capacidad de producir riqueza, en acceso a nuevas oportunidades y en la igualdad social.
Alfabetizar se considera el primer nivel de la educación de adultos y equivale a los primeros cursos de educación primaria.
Hay grandes diferencias entre el número de analfabetos a los países desarrollados y los denominados del "tercer mundo", y en éstos, también entre hombres y mujeres (que a menudo tienen menos acceso a la enseñanza). Se calcula que al año 2000 había unos 90 millones de personas analfabetas, según la Unesco. La opacidad de los datos de determinados gobiernos no ayuda a la detección y solución del problema. Los países del antiguo bloque soviético son los que más esfuerzos hicieron en este campo.
La tendencia tradicional parte del reconocimiento de las letras y, asociando cada fonema y su grafía, llegar a descifrar las palabras y las frases. Es el método usual de las escuelas con los niños.
Otros expertos como la especialista, sin embargo, opinan que con adultos es mejor usar palabras significativas para estimularlos, puesto que la capacidad de aprendizaje acostumbra a ser menor que con los niños. A menudo las palabras se apoyan en objetos reales o ilustraciones por aclarar su significado. El conocimiento del entorno, que es mucho más grande que el de los niños, ayuda a adelantar más rápidamente. Estos métodos son denominados métodos globales, visuales o analíticos.
Un problema añadido es cuando el alumno desconoce el idioma y proviene de otra cultura, como pasa con el fenómeno de la inmigración. En este caso es aconsejable el ayudar a correlacionar aquello aprendido con la lengua de origen.
Pelicula la vida es bella
La vida es bella
1998
Italia
26-02-99
Drama
122 m.
T. original
La vita è bella
Dirección
Roberto Benigni
Intérpretes
Roberto Benigni (Guido)
Nicoletta Braschi (Dora)
Giorgio Cantarini (Giouse)
Giustino Durano (Tío)
Marisa Paredes (Madre de Dora)
Guión
Vincenzo Cerami
Roberto Begnini
Tonino Delli Colli
Nicola Piovani
Simona Paggi
Unos años antes de que comience la Segunda Guerra Mundial, un joven llamado Guido llega a un pequeño pueblo de la Toscana italiana con la intención de abrir una librería. Allí conocerá a Dora, la prometida del fascista Ferruccio, con la que conseguirá casarse y tener un hijo. Con la llegada de la guerra los tres serán internados en una campo de concentración donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible situación que están padeciendo es tan sólo un juego.
Referencias
Roberto Begnini, además de director, es uno de los actores cómicos con más éxito de panorama cinematográfico italiano. Entre sus más reconocidos trabajos como actor se encuentran La voz de la luna, de Federico Fellini; Bajo el peso de la ley y Noche en la tierra, ambas de Jim Jarmush o El hijo de la pantera rosa, de Blake Edwards. Como director realizó su primer trabajo, Tu mi turbi, en 1983, al que siguieron Soy un pequeño diablo, Johnny Palillo y El monstruo. Próximamente se le podrá ver en Astérix y Obélix contra Cesar.
En la película también aparece la mujer de Begnini, Nicoletta Braschi -interpretando a Dora- y la actriz española Marisa Paredes.