Trabajo de peli

El nombre de la rosa

Ambientada en el turbulento ambiente religioso del siglo XIV

La abadía pertenece al estilo artistico romanico.
La planta de una iglesia romanica tiene forma de cruz latina.

VIDA Y OBRAS DE SAN PABLO

A. Su nacimiento y su educación

De San Pablo mismo sabemos que nació en Tarso, en Cilicia (Hechos, xxi, 39), de un padre que era ciudadano romano (Hechos, xxii, 26-28; cf. xvi, 37), en el seno de una familia en la que la piedad era hereditaria (II Tim., i, 3) y muy ligada a las tradiciones y observancias fariseas (Fil., iii, 5-6). San Jerónimo nos dice, no se sabe con qué razones, que sus padres eran nativos de Gischala, una pequeña ciudad de Galilea y que lo llevaron a Tarso cuando Gischala fue tomada por los romanos ("De vir. ill.", v; "In epist. ad Fil.", 23). Este último detalle es ciertamente un anacronismo mas los orígenes galileos de la familia no son en absoluto improbables. Dado que pertenecía a la tribu de Benjamín, se le dio el nombre de Saúl (o Saulo) que era común en esta tribu en memoria del primer rey de los judíos. (Fil., iii, 5). En tanto que ciudadano romano también llevaba el nombre latino de Pablo (Paulo). Para los judíos de aquel tiempo era bastante usual tener dos nombres, uno hebreo y otro latino o griego entre los que existía a menudo una cierta consonancia y que yuxtaponían en el modo usado por San Lucas (Hechos, xiii, 9: Saulos ho kai Paulos). Véase en este punto Deissmann, "Bible Studies" (Edinburgh, 1903, 313-17.) Fue natural que, al inaugurar su apostolado entre los gentiles, Pablo usara su nombre romano, especialmente porque el nombre de Saulo tenía un significado vergonzoso en griego. Puesto que todo judío que se respetase había de enseñar a su hijo un oficio, el joven Saulo aprendió a hacer tiendas de lona (Hechos, xviii, 3) o más bien a hacer la lona de las tiendas (cf. Lewin, "Life of St. Paul", I, London, 1874, 8-9). Era aún muy joven cuando fue enviado a Jerusalén para recibir una buena educación en la escuela de Gamaliel (Hechos, xxii, 3). Parte de su familia residía quizá en la ciudad santa puesto que más tarde se haría mención de una hermana cuyo hijo le salvaría la vida (Hechos, xxiii, 16). A partir de este momento resulta imposible seguir su pista hasta que tomó parte en el martirio de San Esteban (Hechos, vii, 58-60; xxii, 20). En ese momento se le califica de “joven” (neanias), pero esta era una apelación elástica que bien podía aplicarse a cualquiera entre veinte y cuarenta años.

B. Su Conversión y primeras empresas

Leemos en los hechos de los apóstoles tres relatos de la conversión de San Pablo. (ix, 1-19; xxii, 3-21; xxvi, 9-23) que presentan ligeras diferencias que no son difíciles de armonizar y que no afectan para nada la base del relato, perfectamente idéntica en substancia. Verse J. Massie, "The Conversion of St. Paul" en "The Expositor", 3ª serie, X, 1889, 241-62. Sabatier de acuerdo con los críticos más independientes ha dicho (L'Apotre Paul, 1896, 42): “Estas diferencias no pueden en absoluto alterar el hecho, el objeto narrado es extremadamente remoto no tratan ni siquiera de las circunstancias que rodearon el milagro sino con las impresiones subjetivas que los compañeros de San Pablo recibieron en esas circunstancias…” Utilizar esas diferencias para negar el carácter histórico del hecho es hacer violencia al texto adoptando una actitud arbitraria. Todos los esfuerzos hechos para explicar la conversión de San Pablo sin recurrir al milagro han fracasado. Las explicaciones naturalísticas se reducen a dos: o San Pablo creyó verdaderamente ver a Cristo mientras sufría una alucinación o creyó verlo solo a través de una visión espiritual que la tradición, recogida en los Hechos de los Apóstoles, convirtió luego en visión material. Renan lo explica todo por una alucinación debida a la enfermedad, y acaecida a causa de una combinación de causas morales como la duda, el remordimiento, el temor, y algunas causas físicas como la oftalmía, la fatiga, la fiebre, la transición rápida del desierto tórrido a los jardines frescos de Damasco, quizá en medio de una tormenta repentina acompañada de rayos y relámpagos. Esta combinación múltiple habría producido, según Renan, una conmoción cerebral con fase de delirio que San Pablo tomó de buena fe como la aparición de Cristo.

Los otros partidarios de la explicación natural evitan la palabra alucinación pero caen, pronto o tarde, en la explicación de Renan la cual hacen más complicada. Por ejemplo Holsten, para el que la visión de Cristo es simplemente la conclusión de una serie de silogismos por los que Pablo se persuadió a sí mismo de que Cristo había verdaderamente resucitado. También Pfleiderer, para el que la imaginación juega un papel más importante: "Un temperamento nervioso, excitable; un alma violentamente agitada por las más terribles dudas; una fantasía de lo más vívido, llena de las terribles escenas de persecución por un lado, y por el otro con la imagen ideal del Cristo celeste; la proximidad de Damasco que implicaba la urgencia de la decisión, la intransigencia que lleva a la soledad, el calor cegador y dolorosísimo del desierto. De hecho, todo esto combinado, produjo un estado de éxtasis en los que el alma cree ver las imágenes y los conceptos que violentamente la agitan como si fueran fenómenos del mundo externo" (Lectures on the influence of the Apostle Paul on the development of Christianity, 1897, 43). Hemos citado a Pfleiderer palabra por palabra porque su explicación “sicológica” se considera la mejor que se haya desarrollado nunca. Y sin embargo, se ve fácilmente que es insuficiente e incluso en total contradicción con el documento escrito de los Hechos en tanto que testimonio expreso de San Pablo mismo. (1) Pablo está seguro de haber "visto a" Cristo como los otros apóstoles lo hicieron (I Cor., ix, 1); él mismo declara que Cristo se le “apareció” (I Cor., xv, 8) como a Pedro, Santiago o a los doce después de su resurrección. (2) Él sabe bien que su conversión no es el fruto de ningún razonamiento humano, sino de un cambio imprevisto, repentino y radical debido a la gracia omnipotente (Gal., i, 12-15; I Cor., xv, 10). (3) Es falso atribuirle dudas, perplejidades o remordimientos antes de su conversión. Pablo fue detenido por Cristo cuando su furia alcanzaba el máximo furor (Hechos, ix, 1-2); perseguía a la Iglesia “con celo” (Fil., iii, 6), y fue acreedor de la gracia porque actuó con "ignorancia en su creencia de buena fe" (I Tim., i, 13). Todas la explicaciones sicológicas o no, carecen de valor ante estas afirmaciones, puesto que todos suponen que la causa de su conversión fue su fe en Cristo mientras que, según los testimonios concordantes de los Hechos y las Epístolas, fue la visión de Cristo la que motivó su fe.

Después de su conversión, de su bautismo y de su cura milagrosa Pablo empezó a predicar a los judíos (Hechos, ix, 19-20). Después se retiró a Arabia, probablemente a la región al sur de Damasco. (Gal., i 17), indudablemente menos a predicar que a meditar las escrituras. A su vuelta a Damasco, las intrigas de los judíos le obligaron a huir de noche (II Cor., xi, 32-33; Hechos, ix, 23-25). Fue a Jerusalén a ver a Pedro (Gal., i, 18), pero se quedó solamente quince días porque las celadas de los griegos amenazaban su vida. A continuación pasó a Tarso y allá se le pierde de vista durante seis años (Hechos, ix, 29-30; Gal., i, 21). Bernabé fue en busca suya y lo trajo a Antioquía donde trabajaron juntos durante un año con un apostolado fructífero. (Hechos, xi, 25-26). También juntos fueron enviados a Jerusalén a llevar las limosnas para los hermanos de allá con ocasión de la hambruna predicha por Agabus (Hechos, xi, 27-30). No parecen haber encontrado a los apóstoles allí esta vez ya que se encontraban dispersos a causa de l persecución de Herodes.

Camino de Santiago complutense


1ª Etapa

Alcalá de Henares - Camarma de Esteruelas.

Son 8 km., de los cuales 3 km. y medio transcurren por la ciudad de Alcalá de Henares.

ITINERARIO
Situándonos en la Plaza de los Santos Niños, donde podemos visitar la Catedral Magistral en la que se encuentran enterrados los niños mártires Justo y Pastor (un importante centro de peregrinación en otros tiempos), saldremos del recinto amurallado de la ciudad por la Puerta de Burgos, situada al lado del convento de las Bernardas en la plaza del Palacio Arzobispal.

Hemos abandonado el "casco histórico" y debemos continuar recto atravesando el Parque O'Donell, teniendo a nuestra izquierda una valla que pertenece a la fábrica de Roca. Cuando termina el parque cruzamos por el puente de hierro para salvar las vías del ferrocarril Madrid-Zaragoza y nos encontramos en el Barrio del Chorrillo. Seguimos recto hasta llegar a una gasolinera en el Barrio de Iviasa. En este punto encontramos el arroyo Camarmilla y siguiéndolo, a pocos metros nos vemos delante de un "cruceiro" situado a la salida de la ciudad y frente a la casa de Galicia. Un poco más adelante giraremos a la izquierda para cruzar la A-2 por encima. Es el único tramo que encierra cierto peligro pues hay que prestar mucha atención a los coches que en ese punto salen de la A-2 en dirección Camarma. Salvando este obstáculo enseguida giramos a la derecha hacia una central eléctrica que dejamos a la derecha. Atravesamos un parque con el Camarmilla de nuevo a la izquierda y las últimas casas del Barrio de Espartales a la derecha, y ya estamos fuera de la ciudad, solo nos quedan 4 kms. y medio para llegar a Camarma.

Después de cruzar la R-2 por un puente y continuando por camino recto y llano sin ninguna dificultad, marcado como vía pecuaria, entramos en la población por el cementerio.

Nuestra primera jornada acaba en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, la cual, merece ser visitada por dentro y por fuera rodeada para disfrutar de la vista de su bello ábside románico en ladrillo.

CARITAS

Caritas es una asociación humanitaria de la iglesia catolica. Que la forman los voluntarios que se apuntan por una buena causa, y que esten fisica y mentalmente preparados para ayudar a los que lo necesitan, dicha asociacion saca el dinero de las ayudas que dan atraves de la casilla de la renta, de los socios y parroquias que ayudan contribuyendo economicamente.

Un voluntario se dedica a hacer los proyectos que tiene organizada la asociacion.Y tambien tiene que estar cualificado para el proyecto que se este haciendo

Respuestas para las preguntas del Trabajo

¿El trabajo es un derecho de todos los seres humanos? ¿Estás de acuerdo con que el trabajo es un bien para todos y el paro es un mal? ¿Lo que dice Juan Pablo II en este texto sirve para todos, sean cristianos o no? Explica y razona tus respuestas.

YO creo que el trabajo es para todos y no creo que que el paro este mal ya que las crisis tal y como vienen asi se van aunque tengamos que sufrir las consecuencias durante un tiempo.Si sirve para todos


¿Es un trabajo el que no está remunerado como el de un ama de casa o un voluntario? ¿Se te ocurre algún otro trabajo por el que no se cobre?


Si es un trabajo y muchas veces mas duro que cualquier otro ya que se sufre y nisiquiera cobras.Voluntario de la Cruz Roja


¿Estudiar se puede considerar un trabajo en tu caso?

Si es un trabajo ya que tambien te cuesta aunque no sea como trabajar en la obra o en cualquier sitio

Los valores del deporte


RESUMEN. El deporte ha sido considerado tradicionalmente un medio apropiado para
conseguir valores de desarrollo personal y social; afán de superación, integración,
respeto a la persona, tolerancia, acatación de reglas, perseverancia, trabajo en equipo,
superación de los límites, autodisciplina, responsabilidad, cooperación, honestidad,
lealtad, etc. son cualidades deseables por todos y que se pueden conseguir a
través del deporte y de la orientación que los profesores, entrenadores y familia le
den, siempre con el apoyo de todos los agentes implicados en él, de forma que estos
valores se desarrollen y perduren en la persona y le ayuden a un completo desarrollo
físico, intelectual y social y por añadidura a una mejor integración en la sociedad
en que vivimos.

Los bienes de laiglesia

Yendo al fondo de la cuestión. ¿Cuál es el problema de los supuestos tesoros vaticanos? ¿Es malo que la Iglesia tenga bienes? ¿Qué conserve obras de arte? ¿De dónde los saca? ¿A quien perjudica el tenerlos? ¿Es acaso contrario a la enseñanza de Cristo? En realidad no existe ningún problema. Basta recordar el elogio de Jesús a María por haber derramado un perfume carísimo sobre sus pies y a la viuda que puso todo lo que tenía como limosna al templo. Es más, es lógico que necesite bienes materiales. Como no está compuesta sólo por ángeles, para enseñar a la gente el camino al cielo necesita edificios, bibliotecas, computadoras, autos... Para dar culto a Dios necesita templos, altares... Para ayudar a la piedad necesita imágenes, libros... Para enseñar a las gentes necesita escuelas, universidades... No parece que en estos dos mil años la Iglesia se haya dedicado a acumular dinero: esos "tesoros" acumulados en dos mil años de donaciones... son objetos de culto, etc. Normalmente quienes han cuidado de esos bienes han sido personas que vivieron voluntariamente la pobreza, que dejaron todo por seguir a Cristo, que no han tenido nada de patrimonio personal.

Alcalá en el Siglo Xvii

Miguel de Cervantes nació el 29 de septiembre de 1547, dato que no amedrentó a Sánchez Moltó para contextualizar el comienzo de su exposición medio siglo antes. El historiador reflejó los cambios que Alcalá sufrió desde el final del siglo XVI, “cuando Alcalá sustentaba su economía en un mercado semanal y una feria anual de gran relevancia en Castilla", comentó Sánchez Moltó. El único Cervantes que vio con sus ojos aquel panorama económico fue el abuelo del escritor, Juan de Cervantes, que “ocupó el cargo de teniente de corregidor cuando se promulgó el fuero nuevo de Alcalá, que supuso una actualización total de las leyes".

Cardenal Cisneros

En el portentoso reinado de los Reyes Católicos, irguiéronse hombres de enorme valía, que el fino instinto y la profunda penetración de Doña Isabel supo descubrir para brillo de la Monarquía y grandeza de España. Y, entre ellos, elde mayor alteza por sus perfecciones y santidad, fue el religioso franciscano Fray Francisco Jiménez de Cisneros, que consagrado a la oración y al estudio, al ayuno y penitencias, a los cincuenta y cinco años de vida rígida y oscura, salió de su celda para ser confesor, guía y consejero de la Reina; cargo de grave responsabilidad que aceptó a condición de seguir viviendo en el convento. Rico en virtudes morales y en atributos heroicos y políticos, y mezcla de penitente y conquistador, ciñó por devoción el cilicio y por patriotismo la Corona.

En Resumen, Nuestro instituto es DIOS




lo largo del siglo XVI abundaron en Alcalá
los episodios de mecenazgo, y ello viene a explicar la vinculación de las casas nobles con determinadas edificaciones de orden académico o religioso. Tal es el caso del Colegio convento de Dominicos de la Madre de Dios, fundado por doña María de Mendoza y de la Cerda en 1576. De aquí se sigue un detalle general: surgidos al calor del proyecto cisneriano, colegios como éste fueron condicionando el urbanismo alcalaíno, ocupando sus calles y unificando la estética de sus fachadas.


Sin duda, los planos que diseñó el arquitecto escenificaron dos costumbres: el recogimiento necesario en la vía de la oración hacia Dios y el ambiente preciso para el desenvolvimiento colegial. Lamentablemente, no es hoy tan fácil precisar la estampa original de este edificio, tan adecuado a estas dos rutinas que además fueron puntales de la cotidianidad complutense.





Juan Pablo II pasará a la historia como el Pontífice que contribuyó decisivamente a la caída del comunismo, modelo político que conoció personalmente porque vivió en él durante más de tres décadas.
Desde su primera encíclica, la "Redemptor hominis", de 1979, y su primer documento social, el "Laborem exercens", de 1981, Karol Wojtyla comenzó una incesante labor de socavamiento del comunismo, al que criticó no desde la vertiente religiosa, como el ateísmo o la persecución de los cristianos, sino desde aspectos antropológicos y sociales, como sistema injusto que alienaba a la persona humana.

Fuertemente ligado a Polonia, el patriota Papa Wojtyla no se olvidó de ella tras ser elegido sucesor de San Pedro, y desde el Vaticano siguió muy de cerca los acontecimientos sociales de su país, impulsados por el sindicato libre Solidaridad, surgido en la ciudad de Gdansk y que contó desde el primer momento con el fuerte apoyo de la Iglesia y la solidaridad del Pontífice.

Solidaridad aglutinó al movimiento popular enfrentado al poder comunista. Los primeros años de la década de los 80 fueron muy difíciles para Polonia. El sindicato fue declarado ilegal, sus dirigentes perseguidos y se proclamó la ley marcial. El apoyo de la Iglesia y la intervención directa del Papa fueron vitales. En 1986 se puso fin a la ley marcial y fueron liberados los sindicalistas.

El 13 de junio de 1987 el por entonces líder polaco Wojciech Jaruzelski fue recibido por el Papa en el Vaticano, y ese mismo año Juan Pablo II regresó, por tercera vez, a su tierra. Según los observadores políticos, la visita de Jaruzelski al Vaticano y el acto de Gdansk marcaron el comienzo de la derrota del comunismo, primero en Polonia y luego en otros países.

El golpe definitivo vino en enero de 1989, cuando Solidaridad fue legalizado definitivamente y, en agosto de ese mismo año, cuando el católico Tadeusz Mazowiecki, que fue asesor del sindicato, llegó al poder, derrotando abrumadoramente a los comunistas.

Polonia fue la primera ficha del "efecto dominó". Su caída arrastró a Hungría, que abrió sus fronteras y sus ciudadanos huyeron a Austria; después a Alemania Oriental, cuyos ciudadanos también huyeron propiciando el 9 de noviembre de 1989 la caída del Muro de Berlín.

El 1 de diciembre de 1989, Mijail Gorbachov cruzó la plaza de San Pedro del Vaticano para un encuentro histórico con el Papa. Después cayeron los regímenes de Bulgaria, Checoslovaquia, Rumanía y ya en agosto de 1991 el de la URSS. El comunismo se había desplomado. Si Stalin en su día preguntó con desdén "¿cuantas divisiones tiene el Papa"?, el Pontífice tuvo, al menos, una de las llaves de la destrucción del imperio comunista.

Jaruzelski dijo del Papa que "es un eslavo que percibió mejor que otros las realidades de nuestra región, de nuestra historia". "Sería simplista decir que la Providencia provocó la caída del comunismo. Cayó por sí mismo, como consecuencia de sus propios errores y abusos. Cayó por sí mismo a causa de su propia e inherente debilidad", afirmaría años después el Pontífice en una charla con el escritor italiano Vittorio Messori.

El "triunfo de la libertad" quedó patente en 1996 durante el viaje que el Papa hizo a la Alemania unificada. Ante la Puerta de Brandeburgo hizo un apasionado llamamiento, afirmando que no existe libertad sin verdad, solidaridad y sacrificio. Dijo que la puerta había sido "pervertida" primero por el nazismo y después por el comunismo y en un "in crescendo" agregó: "no apaguéis el espíritu, mantened abierta esta puerta para vosotros y todo el mundo".

Sin embargo, a la ilusión por la caída del totalitarismo comunista, que propició también el restablecimiento de la libertad para la Iglesia en los países del centro y este europeo, siguió el desencanto del postcomunismo, como se resaltó en el II Sínodo especial de obispos para Europa celebrado en octubre de 1999 en el Vaticano.

Juan Pablo II vio este desencanto durante su viaje a Ucrania (2001), donde en diez años de independencia han abandonado el país dos millones de ucranianos, a la búsqueda de un mundo mejor en Occidente.

En estos años, Juan Pablo II no se cansó de denunciar los "cantos de sirena" del capitalismo agresivo, consumista y hedonista y mostró su preocupación por la progresiva descristianización del continente europeo. También condenó el recrudecimiento de los nacionalismos exacerbados en los Balcanes y durante la guerra de Kosovo y de Bosnia-Herzegovina se mostró a favor de la injerencia militar por motivos humanitarios para desarmar al agresor.

Además de la caída del Muro de Berlín, en estos 25 años de pontificado, Juan Pablo II también fue testigo, entre otras, de las dos guerras del Golfo Pérsico. En la primera el Vaticano pasó de mantener una postura neutral, con llamadas al diálogo, a condenar las operaciones militares de los aliados contra el régimen de Bagdad.

A la segunda contra Irak -de 2003- se opuso con todas sus fuerzas. Toda la Curia vaticana se movilizó contra la guerra, que el Vaticano consideró ilegal.

Juan pablo II

(Wadowice, Cracovia, 1920 - Roma, 2005) Sacerdote polaco, de nombre Karol Wojtyla, elegido Papa en octubre de 1978 mientras ocupaba el puesto de cardenal-arzobispo de Cracovia; fue primer pontífice no italiano en más de cuatro siglos.

Era hijo de un oficial de la administración del Ejército polaco y de una maestra de escuela. De joven practicó el atletismo, el fútbol y la natación. Fue también un estudiante excelente, y presidió diversos grupos estudiantiles. Desarrolló, además, una gran pasión por el teatro, y durante algún tiempo aspiró a estudiar Literatura y convertirse en actor profesional.

Durante la ocupación nazi, compaginó sus estudios y su labor de actor, con el trabajo de obrero en una fábrica, para mantenerse y para evitar su deportación o encarcelamiento. Fue miembro activo de la UNIA, organización democrática clandestina que ayudaba a muchos judíos a encontrar refugio y escapar de la persecución nazi.


Juan Pablo II

En tales circunstancias, la muerte de su padre le causó un profundo dolor. La lectura de San Juan de la Cruz, que entonces buscó como consuelo, y la heroica conducta de los curas católicos que morían en los campos de concentración nazi fueron decisivas para que decidiera seguir el camino de la fe. Mientras se recuperaba de un accidente, el futuro pontífice decidió seguir su vocación religiosa, y en 1942 comenzó sus estudios sacerdotales. Ordenado sacerdote el 1.º de noviembre de 1946, amplió sus estudios en Roma y obtuvo el doctorado en Teología en el Pontifico Ateneo Angelicum. De regreso a Polonia, desarrolló una doble tarea, por un lado pastoral, llevada a cabo en diversas parroquias obreras de Cracovia, y por otro lado intelectual, impartiendo clases de Ética en la Universidad Católica de Lublin y en la Facultad de Teología de Cracovia.

En 1958 fue nombrado auxiliar del arzobispo de Cracovia, a quien sucedió en 1964. Ya en esa época, era un líder visible que a menudo asumía posiciones críticas contra el comunismo y los funcionarios del gobierno polaco. Durante el Concilio Vaticano II destacó por sus intervenciones sobre el esquema eclesiástico y el texto sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo.

En 1967 el Papa Paulo VI lo nombró cardenal, y el 16 de octubre de 1978, a la edad de cincuenta y ocho años, fue elegido para suceder al papa Juan Pablo I, fallecido tras treinta y cuatro días de pontificado. De este modo, se convirtió en el primer Papa no italiano desde 1523 y en el primero procedente de un país del bloque comunista.

Desde sus primeras encíclicas, Redemptoris hominis (1979), y Dives in misericordia (1980), exaltó el papel de la Iglesia como maestra de los hombres y destacó la necesidad de una fe robusta, arraigada en el patrimonio teológico tradicional, y de una sólida moral, sin mengua de una apertura cristiana al mundo del siglo XX. Denunció la Teología de la Liberación, criticó la relajación moral y proclamó la unidad espiritual de Europa.

El 13 de mayo de 1981 sufrió un grave atentado en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde resultó herido por los disparos del terrorista turco Mehmet Ali Agca. A raíz de este suceso, el Papa tuvo que permanecer hospitalizado durante dos meses y medio. El 13 de mayo de 1982 sufrió un intento de atentado en el Santuario de Fátima durante su viaje a Portugal. Sin embargo, el pontífice continuó con su labor evangelizadora, visitando incansablemente diversos países, en especial los pueblos del Tercer Mundo (África, Asia y América del Sur).

Igualmente, siguió manteniendo contactos con numerosos líderes religiosos y políticos, destacando siempre por su carácter conservador en cuestiones sociales y por su resistencia a la modernización de la institución eclesiástica. Entre sus encíclicas cabe mencionar: Laborem exercens (El hombre en su trabajo, 1981); Redemptoris mater (La madre del Redentor, 1987); Sollicitudo rei socialis (La preocupación social, 1987); Redemptoris missio (La misión del Redentor, 1990) y Centessimus annus (El centenario, 1991).

Entre sus exhortaciones y cartas apostólicas destacan Catechesi tradendae (Sobre la catequesis, hoy, 1979); Familiaris consortio (La familia, 1981); Salvifici doloris (El dolor salvífico, 1984); Reconciliato et paenitentia (Reconciliación y penitencia, 1984); Mulieris dignitatem (La dignidad de la mujer, 1988); Christifidelis laici (Los fieles cristianos, 1988) y Redemptoris custos (El custodio del Redentor, 1989). En Evangelium vitae (1995), trató las cuestiones del aborto, las técnicas de reproducción asistida y la eutanasia. Ut unum sint (Que todos sean uno), de 1995, fue la primera encíclica de la historia dedicada al ecumenismo. En 1994 publicó el libro Cruzando el umbral de la esperanza.

El pontificado de Juan Pablo II no ha estado exento de polémica. Su talante tradicional le ha llevado a sostener algunos enfoques característicos del catolicismo conservador, sobre todo en lo referente a la prohibición del aborto y los anticonceptivos, la condena del divorcio y la negativa a que las mujeres se incorporen al sacerdocio. Sin embargo, también ha sido un gran defensor de la justicia social y económica, abogando en todo momento por la mejora de las condiciones de vida en los países más pobres del mundo.

Tras un proceso de intenso deterioro físico, que le impidió cumplir en reiteradas ocasiones con sus apariciones públicas habituales en la plaza de San Pedro, Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005. Su desaparición significó para algunos la pérdida de uno de los líderes más carismáticos de la historia contemporánea; para otros implicó la posibilidad de imaginar una Iglesia católica más acorde a la sociedad moderna. En cualquier caso, su muerte ocurrió en un momento de revisionismo en el seno de la institución, de una evaluación sobre el protagonismo que tiene en el mundo de hoy y el que pretende tener en el del futuro. Su sucesor, Benedicto XVI, anunció ese mismo año el inicio del proceso de beatificación de Juan Pablo II.